Nuevos componentes para nuevas experiencias

Los juegos de mesa modernos pueden describirse de múltiples forma: "arte jugable", "productos culturales que reflejan realidades", "objetos de diseño", "artículos editoriales de colección", etcétera. Quizás se debe a que representan una industria bastante joven, pero aún no se alcanzan consensos generales, y según cada interlocutor se puede poner el acento en una u otra de sus definiciones. 

A pesar de lo anterior, creo que hay una característica común que aúna consenso, la cual tiene que ver con su aspecto material: los juegos de mesa usan elementos físicos, los cuales manipulamos para que ocurra la magia y nos limitan las acciones que podremos realizar, marcando la experiencia que podremos vivir en de cada partida. 

Roberto Fraga

Mientras el uso de cartas, peones, fichas o dados son algunos de los componentes más tradicionales que podemos encontrar dentro de la caja de un juego, en los últimos años varias editoriales y autores se están atreviendo a hacer propuestas más osadas desde el punto de vista material, incluyendo elementos no tan comunes en sus juegos. Está columna busca visibilizar algunas de estas nuevas propuestas y descubrir como componentes novedosos invitan también a tener experiencias novedosas. 

Una forma de describir los juegos es analizando el verbo de la principal acción que vamos a realizar durante la partida. "Posicionar" trabajadores, "lanzar" dados, "jugar" cartas, etc.. Usar componentes novedosos da pie a usar verbos poco comunes al describir la experiencia que ofrecen. 

Roberto Fraga es un prolífico autor español/francés con más de 35 juegos publicados en los últimos 20 años, y es un referente respecto a juegos que usan componentes poco convencionales. Los ejemplos no son pocos; en Tops intentamos "coronar" trompos con anillos para cumplir misiones, en Dancing Eggs evitamos que huevos de madera se caigan de distintas partes de nuestro cuerpo o en Fila Filo (ganador del Spiel des Jahres infantil 2015) donde los jugadores deben llevar sus hormigas al final del bosque mientras evitan que las arañas, que bajan colgando de un hilo desde un segundo nivel, las atrapen. 

De este modo, los juegos de Fraga nos invitan a experiencias novedosas, como es intentar colocar anillos en trompos girando a toda velocidad, sostener huevos usando distintos músculos corporales o calcular el movimiento de arañas para que bajen por su telaraña.

Otros juegos que destacan por usar componentes extraños son por ejemplo Wavelength o Planeta. En el primero, el jugador de turno da una pista para ayudar a su equipo a ubicar un objetivo oculto en un espectro de opciones opuestas; lo interesante es que la pista se da en un dial plástico especialmente diseñado para los objetivos de este juego. Mientras que en Planeta, cada participante intentará llevar más animales a poblar su planeta posicionando estratégicamente losetas pentagonales imantadas. Lo novedoso es que el tablero personal donde trabajaremos, nuestro planeta, tiene 3 dimensiones, por lo que deberemos analizarlo por todos sus lados en cada jugada para intentar alcanzar la victoria.

Trama es otro juego que incluye una propuesta muy novedosa materialmente. El verbo que deberíamos usar para describir lo que haremos es uno bastante poco convencional en el universo lúdico: aquí vamos a "tejer". Diseñado por Cami Muñoz (Corruptia, Corruptia Segunda Vuelta, La Frontera, entre otros) e ilustrado por Maya Hanisch, en este juego intentaremos generar patrones en nuestro tablero personal para intentar ganar cumplir distintos objetivos. ¿Lo novedoso? Los patrones se construyen tejiendo hilos en nuestro tablero de telar.

¿Qué otros juegos con componentes no convencionales conoces? ¿Qué experiencias novedosas crees que podrían buscarse al momento de jugar?

Simón Weinstein

Editor de juegos